Antonio Medina García.

Nombre y apellidos:
Antonio Medina García.

Lugar y fecha de nacimiento:
Motril, 30-09-1909.

Profesión:
Minero. Trabajo en la Mina Pepita, Cerro del Toro.

Familiares
Casado con Concepción Gómez Rubiño (1914), natural de Motril. Tuvo cuatro hijos, Antonio (1928), José (1930), Francisco (1932) y Carmelita (1934).

España:
Vivió en Motril (Granada), en la Plaza del Algarrobillo nº8. Tras la Desbandá, la familia abandonó Motril y a su vuelta se instaló en la Placeta del Caracol nº5.
Afiliado a la CNT.

Francia.
Estuvo retenido en los campos de concentración de Bram y Argèles-Sur-Mer. El 14 de noviembre, fue trasladado a Septfonts. Posteriormente, se integró en una Compañía de trabajadores extranjeros en Mulhouse y en las minas de carbón en Aimé, y en la CTE nº 130 destinada en las minas de carbón en Saboya. Al parecer, en esta zona entabló actividades de colaboración con la Resistencia. La familia conserva varias cartas enviadas desde Francia en mayo de 1941 y agosto de 1942.
Fue detenido el 1 de diciembre de 1943 dentro de la operación Meerschaum (Espuma de mar), por la que Himmler trataba de llevar a los campos a «35.000 hombres aptos para el trabajo”, debido a la escasez de mano de obra, sobre todo para la industria de la guerra. Fue trasladado a Albertville, donde posiblemente fue torturado y posteriormente al Fronstalag Compiegne, en Royalleu-170.

Alemania:
El 17 de enero de 1944 fue introducido en el convoy I-170 llegando dos días después a Buchenwald con el número 41300. El 22 de febrero fue trasladado al campo de Flossenbürg, ubicado en el estado de Baviera, con el número 6716. El 3 de marzo fue enviado al subcampo de Beneschau, y Komando 13 cerca de la ciudad de Hradischko, a 40 km de Praga.

Asesinado
Fue asesinado en los fusilamientos indiscriminados realizadas por los SS entre los días 8 y 12 de marzo en Hradischko, en los que murieron 48 personas.
Los cuerpos fueron llevados el día 13-04-1945 al crematorio de Praga donde fueron incinerados. Sin embargo, František Suchy, padre e hijo, encargados del crematorium de Praga, copiaron listas en secreto y escondieron las urnas con las cenizas.
Acabada la guerra, las urnas fueron recuperadas y enterradas con todos los honores en un lugar privilegiado del recinto del crematorio donde se erigiría un monumento conmemorativo. Desde entonces, cada año, las autoridades checas les rinden tributo.